Disfruta El Cairo en 3 días
En este post os contamos como fue nuestra llegada a El Cairo y los sitios que fuimos visitando los 3 días que estuvimos por allí, sobre todo los que a nosotros nos atraían más y nos resultaban más interesantes. Realmente fueron 2 días completos para que os hagáis una idea del tiempo que tuvimos para visitar cada una de las cosas.
Llegamos a media tarde-noche al Cairo desde Madrid, con la idea clara de cuanto nos podría costar un taxi hasta nuestro hotel para que no nos engañasen. Lo primero antes de salir del aeropuerto fue coger una tarjeta SIM y cambiar algo de dinero. Después de eso, salimos hacia el parking del aeropuerto en busca de un taxi… ¡menuda odisea! No os imagináis bien el agobio que puede llegar a ser este trámite, todo el mundo intenta marearte, llevarte de un lado para otro… te piden mucho más de lo que cuesta (no os dejéis engañar). Tras varios intentos con taxistas que parecían más de fiar pero que al final resultaban igual de rateros, decidimos coger un Uber que tardó en llegar como media hora, pero que al final llegó y pudimos ir a nuestro hotel tranquilos y sin preocupaciones. Pero lo que todavía no os hemos adelantado es que fue en el trayecto hasta nuestro hotel cuando nos dimos cuenta que habíamos llegado a El Cairo. Y os preguntareis ¿por qué?, pues bien, lo podríamos definir como el caos en estado puro. Jamás habréis visto conducir de esta forma en ningún lado (eso parecía la ley de la jungla, no existen carriles para ellos, dónde caben 3 caben 6 allí, ni tampoco existen las señales de tráfico, ni los pasos para peatones, ni siquiera los semáforos muchas veces…) y tampoco a escuchar un ruido constante de pitidos de coches las 24 horas del día, pero os aseguramos que a esto te acostumbras al segundo día.
Los dos días que estuvimos en El Cairo nos alojamos en el Hotel Mercure Cairo Le Sphinx que se encuentra al lado de las pirámides de Giza y de la Gran Esfinge. Sin duda os recomendamos que os alojéis lejos del centro del Cairo y en esta zona, es mucho más tranquila (dentro del caos que supone esta ciudad) y además se pueden ver las pirámides por la noche y el espectáculo de luces que hacen por la noche (aunque la verdad que desmerece mucho esta maravilla). También destacar que desde esta zona de hoteles se pueden ver durante el día (cuando no hay calima) las pirámides desde las terrazas de las habitaciones o desde las terrazas comunes de los hoteles que está bastante chulo.
Recomendamos sin duda nuestro hotel: habitación amplia y cómoda, con terraza y vista a las pirámides y muy tranquila. El desayuno es espectacular, tienes comida típica del país, fruta variada, ensaladas, bollería, panes, comida especial para personas con alergias e intolerancias, etc. Además, el hotel cuenta con un amplio jardín, una piscina bastante grande, gimansio y spa (de pago).
Las pirámides de Giza
Tras llegar el día anterior y asentarnos en El Cairo, habíamos quedado con nuestro guía Jorge a las 9 de la mañana para hacer la visita a las pirámides de Giza y alrededores. Nos levantamos y tras reponer pilas y probar mil cosas en el buffet (cosa que a Sara le encanta y se vuelve loca), nos estaba esperando Jorge y su chófer en la puerta de nuestro hotel. Pusimos rumbo hacia las pirámides de Giza y en el trayecto (aunque corto) Jorge nos fue explicando un poco parte de la historia y curiosidades del país.
Lo primero de todo decir que, las pirámides de Giza se encuentran en la Necrópolis de Giza, a unos 25 Km al suroeste del centro de la ciudad de El Cairo y aun que todos lo habíamos imaginado en un primer momento en medio del desierto, os tengo que decir que no es así. Se encuentran prácticamente en medio de la ciudad. Para ir hasta las pirámides tienes varias opciones, puedes ir en taxi (no te debería costar el trayecto más de 5-7 euros), en transporte público con el metro o con guía privado local, que desde nuestro punto de vista es la mejor opción para despreocuparte tanto de ir, como de los posibles timos y trampas que te irás encontrando por el camino. Tras llegar al parking, lo primero que haréis es sacar la entrada (160 EGP por persona). Una vez allí lo primero que os encontrareis es la pirámide de Keops. Antes de continuar, os dejamos unas pinceladas culturales sobre las pirámides.
Las pirámides de Giza son una de las siete maravillas del mundo antiguo, vestigios de la civilización egipcia, que muestran el poder que tenían los faraones durante el Imperio Antiguo, la capacidad de organización, y el conocimiento que tenían artesanos y técnicos egipcios para levantar estos monumentos. La construcción de estas pirámides va desde el Imperio Antiguo de Egipto hasta 2570 a.C aproximadamente. Las pirámides se construían a lo largo de la vida de los faraones con el fin de tenerlas terminadas para su muerte, ya que sería el lugar dónde serían enterrados junto con todo lo necesario para continuar su vida en el otro mundo (joyas, comida, entretenimientos, etc). Las pirámides de Giza representan las tumbas de tres faraones egipcios que tuvieron una gran importancia en ese momento: Keops, Kefrén y Micerino.
Pirámide de Keops
Es la pirámide más grande de todas, mide 146 metros de alto y 230 metros de ancho. Para su construcción se emplearon unos 2.500.000 bloques de piedra (muchas de las piedras de un peso de unas 60 toneladas, cuando estéis debajo de la pirámide os daréis cuenta de la magnitud de estos datos realmente). Desde su cara norte situada a 18 metros de altura, se accede a las tres cámaras que tiene en su interior.
Pirámide de Kefrén
Se levantó al lado de la pirámide de Keops (su padre), y durante mucho tiempo se conocía como la Gran pirámide egipcia ya que a simple vista parece más alta que la de Keops, pero simplemente es un efecto óptico ya que está construida a un nivel más alto de la meseta. Mide 143 metros y consta de dos entradas, una a nivel de calle y otra situada a 12 metros sobre la principal. Su interior fue saqueado y nunca se llegaron a encontrar los restos ni los tesoros del faraón.
Pirámide de Micerinos
Es la más pequeña de las tres, y se construyó por órdenes del faraón Micerinos (nieto de Keops e hijo de Kefrén). Mide 65,5 metros de alto y 105 metros de alto y se puede observar un hueco sobre la fachada de su cara norte debido al intento de destruir las pirámides en el siglo XII del monarca Al-Aziz Uthman.
Recorrimos a pie todo el recinto de las pirámides mientras Jorge nos contaba toda la historia y curiosidades sobre las pirámides. Después, nos dejó un rato libre para que disfrutásemos por los alrededores, hiciésemos fotos, etc. En este rato vivimos todo tipo de anécdotas, egipcios persiguiéndote para subirte a un camello y hacerte fotos, niños y niñas que te hacían fotos de imprevisto como si fueses un famoso, egipcios a caballo que por poco no te llevan por delante, vamos ¡toda una aventura!
Resaltar que nosotros decidimos no entrar a la pirámide de Keops (dónde suele entrar la gente), ya que todas las pirámides están diáfanas y no se observa nada en su interior. Todo lo que se ha podido recuperar de su interior se puede ver en el Museo Egipcio del Cairo, pero muchas cosas de su interior fueron saqueadas. Además, si quieres visitar una pirámide por dentro, os recomendamos ir a las de Saqqara que son totalmente gratuitas, o la pirámide de Dahshur que cuesta 60 EGP y encontrareis mucha menos gente.
Jorge nos estaba esperando con el chófer para visitar la gran Esfinge que se encuentra al lado de la pirámide de Kefrén.
La Gran Esfinge
La Gran Esfinge fue construida con roca caliza (una sola pieza concretamente) y representa al faraón Keops con cuerpo de león y cabeza de faraón. Mide 20 metros de altura y 70 metros de longitud y fue construida durante el siglo XXVI a.C. No os imagináis lo grande que es cuando estás al lado de ella. Se puede observar que la nariz está destruida, debido a un cañonazo durante la época de Napoleón en Egipto (principios del siglo XIX), y que no tiene barba típica egipcia, ya que esta se encuentra en el Museo Británico de Londres. Existen diversas teóricas sobre la construcción de la esfinge, pero esta fue descubierta en 1816.
Tras visitar con Jorge la Gran Esfinge y sus alrededores, y quedarnos impresionados tanto por su belleza como por su grandeza, teníamos la idea de visitar la necrópolis de Saqqara dónde se encuentra la pirámide del faraón Zoser, la primera de las pirámides que se construyeron en Egipto, e ir a Menfis, antigua capital de Egipto y un museo al aire libre, pero gracias a las recomendaciones de Jorge decidimos no ir a estos sitios y visitar la necrópolis de Dahshur. En está podemos encontrar dos de las tres pirámides que hacen la transición entre las primeras pirámides, aquellas con grados, y las pirámides con caras lisas, de la antigua arquitectura egipcia.
Dahshur
Para visitar Dahshur, solo tienes que pagar una tarifa de entrada (240 EGP por persona) y puedes moverte libremente por los recintos y visitar el interior de una pirámide. Lo mejor de todo es que esta zona tiene muy pocos turistas, por lo que podrás disfrutar a tu aire. Nosotros disfrutamos tanto, que Jorge se animó y nos estuvo haciendo una sesión de fotos de lo más divertida haciendo uso de su teléfono con animaciones y vídeos. La verdad que pasamos un gran rato.
El Cairo a fondo
Nos dejó al principio de la calle de Al-Moez, una calle bastante transitada en la que iríamos visitando diferentes mezquitas y edificios que teníamos señalados. Lo primero que nos encontramos fue la puerta de Bab al-Futuh, es una gran puerta que no os costará reconocer. Tras ello comenzamos a bajar por la calle y lo siguiente que vimos fue la Mezquita de Al-Hakim que no entramos este día ya que nuestra idea era ir al día siguiente. Os recomendamos entrar a las mezquitas que os iremos dejando, pero intentar no ir en las horas de culto y tampoco los viernes ya que habrá muchísima gente concentrada. Otra mezquita bastante curiosa es la de Al-Aqmar que tiene decorada la fachada con las piedras más antiguas del Cairo y que reconoceréis porque tiene un gran minarete (no entramos por dentro). A muy pocos metros, os encontrareis con Abd al-Rahman Katkhuda Sabil-Kuttab una construcción que servía para abastecer a la gente con agua y se utilizaba para la enseñanza de niños. Seguimos bajando la calle y disfrutando del ambiente, siempre muy concurrido y lleno de ruido, observando todas sus costumbres, captando todos los olores y cualquier cosa que tuviésemos alrededor. A lo largo de esta calle veréis muchas más mezquitas y edificios históricos, pero ninguno de especial interés particular para detenerse o entrar desde nuestro punto de vista.
Acabamos nuestro día visitando el famoso Bazar de Khan al-Khalili. Se encuentra en el centro del Cairo y es el bazar más antiguo del mundo (1382), es un auténtico laberinto lleno de callejuelas estrechas, lleno de tiendas y puestos (unas 1000) abiertos las 24 horas del día y con todo tipo de artículos desde joyas, especias, recuerdos típicos, pañuelos, etc. Al cabo de unos minutos paseando por allí, te irás acostumbrando a que te ofrezcan cada paso que das algo en cada puesto y te intenten sacar más del doble de su precio real por cada cosa. Si sois capaces de encontrar la tienda “EL JORDI” podréis llevaros todo tipo de souvenirs a un precio de risa y sin regateos (os podemos decir que nos costó unas cuantas vueltas encontrarlo, está en una calle estrecha y es necesario subir unas escaleras hasta llegar a un patio interior para encontrarlo, no os recomendamos que preguntéis por este sitio mucho porque os van a volver locos jaja).
Nuestra recomendación es que en cualquier sitio en este país vayáis a vuestro aire y no hagáis caso de nada, ya que de lo contrario acabareis locos esos días. También advertiros que el precio que os digan por cualquier artículo va a ser más del doble de su precio real, así que no os cortéis y regatear al máximo. Y si no os convence, a otra cosa mariposa. Os aseguramos que, si les interesa que os lo llevéis, irán detrás de vosotros para dejároslo por el precio que habíais dicho.
Recomendamos tomar algo en el café Fishawi (1773), es el café más famoso del Cairo, que lleva más de 200 años abierto sin interrupción. Se le conoce también como el café de los espejos, y allí podréis tomar un relajante té a la menta o incluso unos batidos riquísimos, mientras os sentáis rodeados de turistas y cairotas, viendo como conversan, ríen, fuman en cachimba y toman su té a la menta. Sin duda te servirá para reponer fuerzas y sobre todo para llevarte un pedacito de la cultura local de este sitio.
El siguiente día por la mañana temprano pusimos rumbo hacia nuestro primer destino del día, el Museo Egipcio del Cairo (150 EGP por persona siendo estudiante).
Este museo se encuentra en la plaza Tahrir, y cuenta con la mayor colección de objetos de la época del Antiguo Egipto (alrededor de 120.000 objetos distintos). Fue construido en 1902 para proteger todos los tesoros del país, pero hasta 1922 no llegaron las piezas del faraón Tutankamón (tumba que se encontró intacta y por ello tiene tanto valor), convirtiéndose en uno de los lugares más visitados del país. Poco a poco se ha ido completando este museo con todos los objetos encontrados a lo largo de los años, tanto que no hay suficiente espacio en el propio museo y os encontrareis muchas cosas todavía sin colocar ni clasificar. Sí, esto solo puede pasar en un sitio tan caótico como este. Seguramente si vais a lo largo de los próximos años cambie esto, ya que estaban haciendo un nuevo museo al lado de las pirámides de Giza con el fin de mejorar todo esto que os comentamos.
El museo tiene dos plantas y tiene diferentes salas a lo largo de dichas plantas. En la primera planta podréis ver distintos objetos, sarcófagos y obras que se han encontrado en las diferentes excavaciones y que corresponden a distintas dinastías. Entre lo más destacado está la estatua de Zoser, estatua de Akenatón, estatua de Keops, la Triada de Micerinos y la Escribá Sentado. En la segunda planta lo más destacado es el tesoro de la tumba de Tutankamón, dónde podréis apreciar que objetos se podían encontrar en una tumba, la famosa máscara del faraón y como se construían las cámaras funerarias. Junto con esto se pueden apreciar distintas momias, y la sala de momias reales (se paga aparte, pero merece la pena porque es impresionante como se encuentran conservadas con su piel, pelo, uñas… verdaderamente impactante) dónde destaca la momia de Ramses II, de la faraona Hatchepsut, entre otros.
Acabamos la visita y cogimos un Uber de nuevo para ir hasta la Ciudadela de Saladino (fortaleza construida en 1176, cuesta 140 EGP por persona). Esta se encuentra en la colina de Mokattam y es uno de los mejores sitios para apreciar El Cairo desde las alturas. En su interior hay varios puntos de interés como la Mezquita al-Nasir, con sus minaretes decorados de azulejos, el Palacio Gawhara, la Tumba de Mohammed Ali, el Pozo de Yusuf y la espectacular Mezquita de Muhammad Alí. Probablemente te suene más por el nombre de Mezquita de Alabastro (1830-1848), que recuerda a la mezquita de Santa Sofía de Estambul. Os recomendamos visitarla por dentro porque es una de las más bonitas y tranquilas. Se trata de una de las llamadas “mezquitas museo” en la que puedes entrar tapado y descalzo, pero es bastante turística por lo que no te ponen muchas pegas de ningún tipo a diferencia de otras (principal diferencia entre las mezquitas y las mezquitas museo, que en estas últimas las reglas son mucho más laxas). Nosotros dimos una vuelta por todo el recinto y nos encontramos con una montada de las buenas, porque iban a hacer una fiesta de Mc Donalds y habían desplegado allí una puesta en escena que podéis alucinar.
Tras acabar, fuimos hasta el parque de Al-Azhar. Este parque no lo suelen visitar muchas personas, pero sin duda os recordamos que lo hagáis porque es el único momento en nuestra estancia por el Cairo dónde tuvimos paz y relajación (precio de 20 EGP por persona). Te olvidas de que estás en medio del Cairo, con su ruido, su agobio y su caos. Un parque lleno de familias, flores, fuentes, bancos… vamos un lugar perfecto para disfrutar y descansar. Además, se pueden apreciar unas vistas tanto del Cairo como de la Ciudadela preciosas, y tomar un relajante té a la menta en una cafetería que hay en el centro del parque.
Vimos el atardecer y nos fuimos hasta el centro del Cairo de nuevo para ver cosas que teníamos pendientes. Lo que no sabíamos era que nos esperaba el momento más tenso del viaje. Al pedir un Uber y decirle que queríamos ir al centro, puso el GPS para ir hacia allí. El GPS decidió que la mejor ruta era atravesar… ¡la Ciudad de los Muertos!.
Este lugar es un cementerio dónde vive muchísima gente, rodeada de lápidas y tumbas y con recursos bastante pobres, es decir atravesar este lugar a media tarde-noche con un Uber y siendo turista no es para nada recomendable. Lo mejor de todo, que el conductor siendo de allí ¡se perdió por este lugar! No os podéis imaginar nuestra cara y la sensación que teníamos de terror, pensábamos que no salíamos jajaja pero que va, nos indicaron unos lugareños como salir de allí y finalmente pusimos el rumbo correcto. Simplemente deciros que, al final muchas veces vas con un miedo añadido por cosas que puedes leer y tu cabeza se imagina que te va a ocurrir lo peor, pero de verdad os aseguramos que este viaje es tranquilo y las cosas están en este momento muy bien para visitarlo.
Visitamos ya de noche la puerta de Bab Zuwayla (siglos XI y XII), una de las tres puertas que se conservan de las murallas de la Ciudad Vieja. Se puede identificar muy fácilmente ya que tiene dos altos minaretes que se utilizaban para avistar posibles invasores y que en la actualidad son dos fantásticos miradores de la ciudad (cuesta 80 EGP por persona, nosotros decidimos no subir).
La Mezquita de Al-Azhar que está en el centro, es gratuita y abre todos los días menos los viernes. Podréis disfrutar de un impresionante patio de mármol blanco, salas de estudio de las madrasas, la sala de oración y la biblioteca. Nosotros entramos a visitarla, pero tuvimos una anécdota bastante curiosa. Iba vestida con un vaquero pitillo y una camiseta de manga larga negra, pues a pesar de todo en la entrada no querían que entrase por que iba “demasiado ajustada”. Sí, habéis leído bien… me tuve que poner un traje que me cubría la cabeza y el cuerpo entero, ¡parecía una patata gigante! Al principio me sentó un poco mal, y sobre todo mostraba de nuevo el machismo de su cultura, pero luego decidí tomármelo como algo anecdótico y Alex y yo nos reímos bastante de esta situación (ahora al recordarlo aun más).
Otra mezquita interesante es la Mezquita de Ahmad Ibn Tulun que está más retirada del centro y es la más antigua de la ciudad. Si os sobra tiempo podéis ir a verla, nosotros no llegamos a ir al final. También si os sobra tiempo recomendamos ir a la zona del Barrio Copto que es uno de los barrios más antiguos y dónde residen la mayor parte de cristianos egipcios de la ciudad. Entre los lugares más destacados del barrio se encuentran la Fortaleza de Babilonia, el Museo Copto con sus famosos Manuscritos de Nag Hammadi, la Iglesia de los santos Sergio y Baco, la Iglesia Colgante, la Sinagoga de Ben Ezra, la iglesia de San Jorge y la de Santa Bárbara. Nosotros decidimos no ir porque está bastante apartado y preferíamos visitar mejor la zona de la Ciudadela y el parque de Al-Azhar.
No tuvimos tiempo para mucho más, ya que al día siguiente poníamos rumbo hacia Aswan, asi que ese día por la mañana lo dedicamos a recoger todo y admirar por última vez las pirámides de Giza desde la piscina.