Yogur griego natural casero sin yogurtera

Paso 1. En primer lugar, colocamos la leche en una cazuela y la ponemos a fuego medio-alto. Dejamos que se caliente hasta una temperatura de unos 80ºC, es decir, un poco antes de que la mezcla hierva. Dejamos enfriar hasta los 45ºC-40ºC y aquí llega el truco maestro, si no tenéis termómetro de cocina, el mejor truco para saber si está es introducir el dedo meñique y si somos capaces de contar hasta diez es que está, si por el contrario no aguantamos es que aún está demasiado caliente.

Paso 2. En un recipiente, echamos el yogur (puede ser natural o griego, pero eso sí, sin azúcar si queréis que el vuestro sea lo más saludable). Y en ese mismo, vertemos la leche una vez a la temperatura ideal y lo mezclamos con el yogur. El yogur puede ser uno natural de supermercado o incluso uno que hayáis hecho vosotros en una tanda de otro día, simplemente es para aportarle la bacteria que necesita para llevarse a cabo la fermentación del yogur, ya que está presente en todos los yogures que consumimos, lo que facilita bastante la elaboración sin necesidad de comprar nada más.

Paso 3. En ese mismo recipiente una vez mezclado, lo dejaremos reposar en un lugar cálido, ya que es importante que la temperatura de la leche no se pierda. Por tanto, lo más sencillo es poner el horno a 50-60º a calentar cuando inicias el proceso y cuando saques la leche del fuego lo apagues. Con ello una vez tienes la mezcla, te recomendamos que metáis el recipiente tapado con film y un paño en el horno con el calor residual. Lo deberás dejar cerrado durante 10-12h, por tanto, es ideal hacerlo por la noche, ya que por la mañana ya lo tendrás. 

Paso 4. Transcurrido ese tiempo, lo abrimos y comprobamos la magia de la fermentación y nuestras amigas las bacterias encargadas de hacer el yogur. Este yogur así como está, ya se puede consumir, sería yogur natural. Sin embargo, lo que queremos es que sea tipo griego, cremoso y espeso. Para conseguirlo ponemos un trapo o gasa cubriendo la superficie de un colador, y a su vez ese colador lo ponemos en un recipiente o cazuela, para que escurra el suero del yogur. Con esto lo que hacemos es que el yogur pierda el suero y quede muy cremoso. Esto también se puede hacer con una yogurtera, pero como es imposible tener tanto aparato, os proponemos esta forma más al alcance de todos.

Paso 5. Lo dejamos en la nevera durante 6h y cuando lo saquéis tendréis un yogur griego casero muy muy cremoso, ¡espectacular! Nosotros tenemos vasitos de cristal y los dividimos individualmente para consumirlos durante la semana.