Luxor, la ciudad de los templos

Aquí acababa nuestra ruta del crucero y además nuestro viaje por Egipto, vaya bajón… pero habían sido unos días absolutamente maravillosos y teníamos por delante un día completito en Luxor.

Esta era la primera vez que nos embarcábamos en un crucero y que íbamos a tener que respetar unos horarios bastante fijos durante varios días. Hicimos lo que pudimos, ya visteis que casi nos quedamos en tierra en Kom Ombo, ¡pero juramos que nos esforzamos! 

Sin embargo, tenemos que decir que en general la experiencia fue fantástica, os recomendamos que paséis por nuestra entrada sobre el crucero, dónde os contamos con todo detalle nuestra experiencia a bordo del Moondance. Este último día, nos hicieron un gran favor, ya que resulta que teníamos el check-out y como suele ser habitual pues se quedaron las maletas, pero teníamos el vuelo a la madrugada siguiente a las 3 am por lo que no queríamos estar en el aeropuerto esperando durante horas. Así que hablamos con ellos, y nos dejaron luego a la noche volver y poder ducharnos en una habitación que tenían libre e incluso nos ofrecieron cenar, ¡todo gratis! Fue un detalle espectacular como digo.           

El día arrancó pues eso, haciendo las maletas y el check-out, ya que en unas horas recibían a los nuevos pasajeros que harían el viaje inverso, de Luxor a Aswan. Nosotros dejamos para este día ver todo Luxor, tanto el lado Este como el Oeste.

Historia de Luxor

Para empezar, creo que si habéis llegado hasta aquí es que estáis interesados y necesitáis un barniz acerca de Luxor. Esta ciudad, se encuentra edificada sobre la ciudad de Tebas, la que fue capital del Imperio Nuevo del Antiguo Egipto. Hay que recordar que durante el comienzo del Imperio Antiguo la capital egipcia era Menfis, pero en el año 2040 A.C. Tebas la sucede como capital durante la undécima dinastía egipcia. Luxor siguió siendo la capital de Egipto hasta la conquista de Alejandro Magno cuando se trasladó la capital a Alejandría en el 332 A.C.

Luxor es la ciudad de los grandes templos del Antiguo Egipto: Luxor y Karnak, (¡menudos templos!), y de las celebre necrópolis de la ribera Occidental, donde se enterraron a los faraones y nobles del imperio Nuevo de Egipto, denominados el valle de los reyes y el valle de las Reinas. Todo el recinto de Tebas en 1979 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con el nombre de Antigua Tebas con su necrópolis.

El templo de Karnak

Cómo venía siendo habitual, nuestro guía y el conductor estaban puntuales a primera hora esperándonos en el hall del barco. Ahmed fue nuestro guía ese día, probablemente de los que tuvimos fue el que tenía mayor pasión por Egipto y su historia, por lo que todo lo contaba con muchísimo entusiasmo. Eso hace fácil que por unos momentos te transportes a la época y vivas la historia.

La primera visita del día fue Karnak, la entrada cuesta 200 EGP. Nos decidimos a ir temprano para evitar las aglomeraciones de gente y así poder disfrutar y sacar fotos entre sus preciosas columnas casi en solitario. Este templo tiene mucho, os vamos a contar algunas de las principales cosas que recordamos, que tras el empacho de información durante el viaje creo que no es poco.

El templo era reconocido como el principal centro de culto de Egipto, dedicado al dios Amón, el gran dios del imperio nuevo, y que los faraones embellecieron a lo largo de dos milenios. Karnak consta de tres centros separados:

  • Santuario de Amón: situado en el centro
  • Santuario de Montu: a la izquierda del principal
  • Santuario de Mut: a la derecha del principal y en honor a la esposa de Amón.

Lo primero que te vas a encontrar es con una vía procesional que une los recintos sagrados y que está flanqueada por unas crioesfinges, es decir, esfinges que tienen cabeza de carnero, pues éste es uno de los animales con los que se identificaba el dios Amón, y actuaban como protectoras de las vías procesionales.

El templo de Karnak es el templo de columnas más grande del mundo, probablemente lo más espectacular del templo sea su sala hipóstila, contiene 134 columnas, de las que las 12 centrales son más anchas y elevaban el techo, ahora destruido, a 23 metros de altura. ¡Son una auténtica pasado ya os lo digo yo!

Fue durante la XIX dinastía, cuando varios faraones se sucedieron en la realización de la sala hipóstila: Amenofis III mandó erigir esas 12 columnas de la nave central, Ramsés I dio comienzo a la decoración, que fue continuada por Seti I y Ramsés II. Además de la sala hipóstila, se encontraban los obeliscos de Tutmosis I (de los que hoy solo queda uno), con sus 23 metros de altura y de su hija Hatshepsut, que como era habitual pues lo hizo más grande. Además, dentro del templo, encontramos el lago sagrado.

Viajeros cocinillas - Sara y Alex

Valle de los Reyes

De camino al Valle de los Reyes, con esta libertad de llevar guía y conductor privado, hicimos una paradita a tomar un té y aprender a como se trabaja el alabastro. La zona está llena de pequeños artesanos y es una auténtica pasada. Estuvimos ayudando a crear unas piezas y luego visitamos la tienda que tenían. Todo la verdad sin compromiso alguno, es más nosotros no compramos nada porque ya habíamos cogido una pieza de alabastro en el El Cairo, pero fue muy enriquecedor.

Tras un buen té, nos pusimos en marcha al Valle de los Reyes, que es una necrópolis del antiguo Egipto, en la orilla Occidental de Luxor, donde se encuentran los templos mortuorios de la mayoría de faraones del Imperio Nuevo. Ellos no lo consideraban tumbas porque era el camino a su segunda vida en la eternidad y sobre todo ponían todo su esfuerzo en que no se supiera la ubicación de las mismas para evitar que fueran saqueadas.

El primer faraón que escogió este lugar para su tumba fue Tutmosis I y sus sucesores le siguieron. El lugar es impresionante, se encuentra entre formaciones rocosas y alberga (hasta ahora) 62 tumbas. Digo “hasta ahora” porque quedan por descubrir y se han ido sucediendo durante los años los descubrimientos siendo el más destacado la de Tutankamón, descubierta en 1922 por Howard Cárter. Destacó porque no había sido saqueada y conservaba toda la riqueza del faraón y su sarcófago.

En este sitio pega el sol que no veas, el guía nos dijo que en verano alcanzan fácilmente los 70ºC y hacen por tanto la visita a las 5am, por lo que vayas cuando vayas, crema y agua para subsistir viajero.

La entrada cuesta 240 EGP, por 10 EGP extras puedes coger un trenecito que te lleve de la entrada a donde están las tumbas. Nosotros lo pagamos pero al final fuimos andando, es una tontería son 5 minutos y así estiras las piernas. Vamos a lo importante, los tickets incluyen la visita hasta a 3 tumbas. Nosotros elegimos estas tres:

  • Tumba de Ramsés IV – KV2
  • Tumba de Ramsés III – KV11
  • Tumba de Ramsés IX – KV6

Pero recomendamos encarecidamente pagar la de la tumba KV9 de Ramsés V & VI porque es bellísima y estuvimos absolutamente solos. Son 100 EGP adicionales, pero bien las merece. Ya sabéis, a la gente que pasean en grupo te dan dos vueltas y a otra cosa, pero nosotros que íbamos a nuestro aire, pudimos entrar y es algo que agradeceremos de por vida, porque en las otras es cierto que hay bastante gente. Y junto a esto, que no paguéis por ver la de Tutankamón, porque todo está expuesto en el Museo Egipcio del Cairo, la tumba está diáfana y no es precisamente la más resultona en cuanto a grabados y pinturas.

Otra cosa importante, las fotos con móvil todas las que queráis, pero si lleváis cámaras debéis pagar si queréis sacar alguna foto. Creemos que ese pase era sobre 300 EGP, vaya negociete que hacen con todo.

El templo de Hatshepsut

Tras el valle de los Reyes era el turno de visitar la tumba de Hatshepsut. Es el templo más importante de los construidos en Deir el Bahari y único en todo Egipto. También se encuentra en el lado occidental del Nilo. Aunque está a escasos minutos del Valle de los Reyes se trata de un templo mortuorio totalmente independiente. La entrada individual son 100 EGP

Su enclave es mágico, ya que está parcialmente excavado en la montaña y cuenta con una historia muy interesante y es que Hatshepsut fue la primera y única faraón que existió en EgiptoFue faraón en contra de todas las leyes y costumbres del Estado egipcio, aprovechando una serie de circunstancias dinásticas.

Viajes - Templo Hatshesput

Resumiendo, ella era la hija de Tutmosis I, su padre la caso con su hermanastro Tutmosis II convirtiéndola en reina consorte y, tras quedar pronto viuda, asumió la regencia hasta que su hijastro Tutmosis III alcanzase la edad necesaria para gobernar. Pero ni siquiera cuando Tutmosis III alcanzó la mayoría de edad renunció Hatshepsut al poder y ejerció hasta que murió, durante casi dos décadas.

En el interior del templo podemos encontrar estatuas de ella, en las cuales se muestra con atributos de un faraón –la barba postiza y el tocado nemes– y los epítetos reales masculinos de Rey del Alto y el Bajo Egipto y Señor de las Dos Tierras.

Los colosos de Memnon

Los Colosos de Memnon se encuentran situados en las proximidades de Medinet Habu, son dos gigantescas estatuas de piedra de unos 18 metros de altura que representan al faraón Amenhotep III, quien reino el antiguo Egipto durante la dinastía XVIII. Únicamente quedan en pie estas dos moles que flanqueaban la entrada del templo de Amenhotep III, el que fuera el más extenso e imponente de todos los templos mortuorios. Pero tras un terremoto en Tebas por el año 3.200 A.C. se vino abajo, dejando mucha ruina, pero estas dos estatuas prácticamente intactas.

Están al aire libre, por lo que podéis parar a la ida o vuelta y sacar unas fotos.

Viajes - Colosos de Memnon

El templo de Luxor

Por último, volvimos a la parte oriental, para visitar el templo de Luxor, probablemente sea de los mejor conservados a lo largo del Nilo. Está cerca del templo de Karnak, tanto que existe una avenida de esfinges que unía ambos templos, que por desgracia está cerrado al público por excavaciones. La entrada para este templo son 160 EGP.

Su construcción se inició bajo el reinado de Amenofis III, aproximadamente en el año 1390 A.C. y no se concluyó hasta prácticamente 100 años más tarde, cuando reinaba el faraón Ramsés II. Según se conoce el primero construyó la parte interior y Ramsés II el recinto exterior. Ambos faraones fueron los creadores, pero numerosos otros contribuyeron a enriquecerlo y ampliarlo como Tutankamón, Horemheb y mucho más tarde Alejandro Magno.

Originalmente, el templo de Luxor se concibió como un espacio sagrado para honrar al dios egipcio más importante: Amón-Ra. Sin embargo, con el paso del tiempo también se veneraron a otras deidades del Antiguo Egipto, como Serapis (diosa del Cielo). Pero no acabó aquí su historia religiosa. Cuando llegaron los romanos se levantó una capilla en honor al emperador divinizado Augusto. Luego serían los cristianos los que construyeron diversas iglesias dentro del templo de Luxor. De algunas todavía se ven los restos. Y más tarde, en la época de la ocupación árabe, los musulmanes levantaron una mezquita, la cual sigue hoy en día en uso y se sigue conservando.

La entrada al templo de Luxor es uno de los atractivos más impresionante del conjunto, en especial por la presencia de 2 grandiosas estatuas de Ramsés II de 14 metros de granito sentado. Cómo curiosidad se echa en falta un obelisco y es que éste se encuentra en Paris, en la plaza de la concordia.

Otro detalle es que justo en el costado de una de las estatuas, encontramos un relieve en el que se contempla al faraón uniendo el papiro y el loto, que son los símbolos del Alto y el Bajo Egipto y representa la unión de Egipto.

Hay muchos más detalles, ya que los templos narran la historia en sus paredes y grabados, como os hemos ido contando. Nosotros finalizamos las visitas aquí, por lo que tras despedirnos de nuestro guía nos quedamos explorando más en detalle el templo, ya que ese día no es que tuviéramos mucha prisa, teniendo en cuenta el horario de nuestro vuelo.

Para completar tu viaje, no olvides visitar...

Scroll hacia arriba